Qiagen es una
compañía dedicada a la biotecnología. En uno de sus laboratorios de
Hilden, en el noroeste de Alemania, el científico Mario Scherer sostiene
un cuadrado azul de aspecto futurista. Este aparato dispone en el
interior de unas centrifugadoras que aceleran y dividen el material
biológico, y de unas "columnas"- unos tubitos de plástico-, rellenas de
una sustancia especial capaz de atrapar las moléculas de ADN y
separarlas del resto.
Al principio, los
investigadores de Qiagen pensaron que su cubo podría "extraer" el ADN
cuando las fuentes fueran sencillas, por ejemplo, unas pruebas de
sangre. Pero pronto descubrieron que era capaz de filtrar la información
genética incluso de restos óseos.
"En los huesos, sobre
todo si son viejos y han permanecido durante años enterrados en
condiciones poco apropiadas, influidos por procesos químicos y de
descomposición, el genoma puede estar muy deteriorado. Sometiéndolos a
extracción, se obtiene un ADN más limpio", aclara Scherer, algo
increíblemente útil para los miembros de la Comisión Internacional sobre
Personas Desaparecidas (ICMP) que todavía tratan de identificar a los
muertos de la guerra de Bosnia.
Bildunterschrift: Trabajadores de la ICMP entregan los cuerpos de los ya identificados.
Sólo el ADN da nombres
"El ADN es todo lo que
tenemos a la hora de identificar a las víctimas, ésas moléculas son lo
único que nos devuelve los nombres de los desaparecidos", dice Rene
Huel, científico del laboratorio de la ICMP en Sarajevo.
15 años después de la
guerra de Bosnia, los cuerpos de miles de personas siguen sin haber sido
encontrados y devueltos a sus familiares. Muchos huesos continúan
careciendo de identidad. Cientos de sacos con restos humanos se acumulan
en las neveras de la ICMP. En ellos está la clave para conocer las
verdaderas dimensiones de los crímenes cometidos aquí, y la esperanza de
quienes esperan desde hace más de una década a poder enterrar a sus
muertos.
Con aparatos como el
Qiagen, los expertos de la ICMP extraen el ADN de los huesos encontrados
y lo comparan con las pruebas de sangre dadas por los familiares de los
desaparecidos. Pero, incluso asistidos por la tecnología más moderna,
el trabajo no es en absoluto sencillo. "Un cuerpo no yace siempre en un
solo lugar, sino que suele estar repartido por cuatro o cinco fosas
diferentes. Lo primero que hacemos es intentar juntar cuanto nos sea
posible de cada esqueleto", explica Huel.
La verdad sale a luz
Bildunterschrift: Großansicht des Bildes mit der Bildunterschrift: Desde
que iniciaran su labor en Bosnia, los científicos de la ICMP han
identificado 15.000 cadáveres. La matanza de Srebrenica, que dejó unos
8.500 muertos, es uno de los capítulos más terribles de este conflicto.
Entre julio de 2009 y julio de 2010, la Comisión le ha puesto nombre a
775 cuerpos, que han sido entregados a sus familias para que los
entierren este domingo 11, el día en que se cumplen 15 años de la
tragedia.
"Esperamos que eso le
dé al acto resonancia internacional", indica Huel, "en todo el mundo, la
gente tiene que saber que estos crímenes no pueden ocultarse, no pueden
maquillarse. En algún momento, la tecnología biológica y el AND sacan a
relucir la verdad".
Autor: Michael Lange/ Luna Bolívar
Editor: José Ospina Valencia